LECCIONES DE DISCIPULADO
Lección de Estudio 4:
El Bautismo del Creyente
A muchos, el bautismo los ha llevado a creer cosas erróneas. ¿Para quién es el bautismo? ¿Y por qué debe alguien bautizarse? ¿Y si no lo hacemos, significa que no iremos al cielo? Aunque algunos no vean esta pregunta como algo importante, para algunos cristianos es una pregunta que se hacen todos los días. El propósito de esta lección es aclarar algunos malentendidos en referencia al bautismo, y para enfatizar la importancia del bautismo en relación con nuestro diario caminar.
¿Por qué ser bautizado?
Al empezar a estudiar el asunto del bautismo, tal vez la primera pregunta que venga a su mente será, “¿Por qué?”. El bautismo es el primer paso de obediencia que un cristiano debe tomar para poder crecer. Si el bautismo es un paso de obediencia, entonces una pregunta lógica sería, “¿Los mandamientos de quién estamos obedeciendo?”
Primero, Cristo nos ha mandado que nos bauticemos. En el pasaje de la gran comisión, él manda que el bautismo sea antes de la enseñanza (Mateo 28:19-20, Marcos 16:15-16). Cristo no solo nos manda el que seamos salvos, El también nos manda que nos bauticemos (Mateo 28:18-20). Aún más, él escogió el ser bautizado por Juan el Bautista para dejarnos un ejemplo (Mateo 3:13-17). El no nos pide algo que el mismo no haya estado dispuesto a hacer.
Aunque Jesucristo nos manda ser bautizados, no nos dice el porqué. Usted necesita entender la razón del porqué Cristo le pide que lo siga en el bautismo. La respuesta a esto puede ser encontrada en Romanos 6. Allí se dará cuenta que una de las razones para el bautismo es el de simbolizar la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo. Además, es una profesión pública de fe e identidad en Cristo. Es la manera que Dios escogió para que nosotros testifiquemos ante el mundo que somos de Cristo y que estamos en su iglesia local.
Segundo, Cristo no es el único que nos manda que seamos bautizados (pero si él hubiera sido el único, eso sería suficiente). También leemos que Pedro mandaba a los primeros cristianos que se bautizaran (Hechos 10:46-48).
Tercero, encontrará que no solo son Cristo y Pedro quienes mandan a los creyentes a bautizarse, también los primeros ministros cristianos mandaban hacerlo (Hechos 22:12-16).
¿En qué consiste el bautismo?
El bautismo es una parte de la vida cristiana. No nos hace más salvos; y no hace que Dios nos quiera más. Es simplemente el Primer paso en la carrera cristiana. Ahora que usted ha entendido la razón del porqué del bautismo, veamos algunas de las características del bautismo:
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El bautismo siempre se hace en agua, por inmersión (Hechos 8:26-39; 10:47).
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Solo hay un bautismo (Efesios 4:5).
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El bautismo siempre sigue a la conversión (Hechos 2:41; 18:8).
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El bautismo es una manera de identificarse con la iglesia local (Hechos 2:41-42).
Aunque estas son solo unas cuantas características, son suficientes para mostrar que el bautismo es un paso de obediencia, por inmersión, que sigue inmediatamente después de la salvación. Aspersión, o algún otro método, no se enseña en la Biblia. La Inmersión es el método bíblico para el bautismo, por cuanto es el único método que representa la muerte, sepultura, y la resurrección de Cristo. El creyente es puesto bajo el agua para testificar de su fe puesta en un Salvador crucificado quien murió por nuestros pecados para pagar la deuda del pecado. Tal como la muerte es el fin de nuestras vidas aquí en la tierra, de igual manera la muerte del hombre viejo, en la carne, se puede ver en el bautismo. Pero no permanecemos muertos en una tumba o en el agua, sino que el Espíritu de Dios nos resucita, como nuevas criaturas en Cristo (II Corintios 5:17; Efesios 4:17-32). ¡Muerte, sepultura, y resurrección! El hombre viejo de pecado debe morir, y el hombre nuevo espiritual debe vivir en Cristo a través del poder del Espíritu Santo.
¿Quién debe ser bautizado?
Hay algunos grupos que enseñan que cualquier persona puede ser bautizada. Aunque eso es verdad hasta cierto punto, es mejor el entender lo que la Biblia enseña acerca del candidato para el bautismo.
Hay referencias en el libro de los Hechos que nos revelan quienes recibían el bautismo. Encontramos que tanto judíos (Hechos 2:14,41); como gentiles eran bautizados (Hechos 10:44-48). Pero, había un factor común en cada uno de estos casos el cual no puede ser ignorado. En cada caso, los judíos y gentiles que eran bautizados eran creyentes también. Cada uno de ellos había puesto su fe en Cristo para salvación. El bautismo no es una ordenanza que se haya dado a un grupo de personas, es una ordenanza dada a una iglesia local, a un grupo de creyentes. Esa es la razón del porque al bautismo a veces le llamamos el bautismo del creyente.
Sólo aquellos que han puesto su fe en Cristo pueden gozar de las bendiciones del bautismo. Para un incrédulo, el bautismo no tiene ningún significado; por cuanto no hay poder para salvar en el agua. El bautismo es simplemente un cuadro del cristiano obediente que muestra a su Señor y al mundo que él ha puesto su confianza en Cristo Jesús y que está dispuesto a seguirle. Por tanto, si usted ha puesto su confianza en Cristo, y no ha obedecido en el paso del bautismo, le recomendamos enfáticamente que lo haga. Mientras no haya tomado el primer paso de obediencia que Cristo le ha dado, no podrá tomar el segundo paso. ¡Empiece a crecer en su vida cristiana! Siga a Jesús en esta área, y a todo aquello a lo que él le lleve. El nunca le desviará; ¡él conoce el camino a través de bosques y montañas!
¿Y que si me niego a hacerlo?
Probablemente se está preguntando: ¿Qué pasa con aquellos que rehúsan seguir al Señor en el bautismo? ¡Ellos confían en él lo suficiente para su destino final, pero no están dispuestos a confiar en él lo suficiente para recorrer la jornada! Veamos lo que la Biblia dice acerca de aquellos que rehúsan obedecer este mandamiento:
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La primera consecuencia es desobediencia. La Biblia claramente dice que es pecado saber hacer lo bueno, y no hacerlo (Santiago 4:17).
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La segunda consecuencia es pérdida de testimonio. El Señor dijo a sus discípulos que, si ellos se mantenían en su palabra, ellos serían sus discípulos (Juan 8:31).
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La tercera consecuencia es pérdida de comunión. Nuestra relación se mantiene igual, en que somos hijos de Dios para siempre, comprados por Jesús y engendrados en la familia de Dios, pero nuestra comunión fácilmente se rompe. Cuando hay pecado en nuestras vidas, este interfiere entre el Señor y nosotros. Es nuestro pecado lo que nos ha separado de él (Isaías 59:2).
Aunque no podemos perder nuestra salvación, y nuestra salvación es por gracia y no por obras (ni aun por bautismo), no creceremos en nuestra vida cristiana si siempre le desobedecemos. Si nos rehusamos al bautismo, nunca seremos lo que El quiere de nosotros. El nunca podrá mostrarnos su perfecta voluntad para nuestras vidas, si nosotros no estamos dispuestos a tomar el primer paso. Mantenga esto en mente y entienda la importancia que hay en esta ordenanza del bautismo.