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LECCIONES DE DISCIPULADO

Lección de Estudio 8:

¿Que es un Bautista?

 

A veces aparece la pregunta, “¿Que es un bautista?” o “¿Qué es lo que creen?” Aunque creemos que la Biblia es nuestra suprema autoridad, eso no siempre es una respuesta que satisfaga. La mayoría de las denominaciones dicen creer la Biblia, pero hay muchas diferencias en el cristianismo. El propósito de este capítulo es el de familiarizarte con distintivos que son asociados con Bautistas.

 

Los Bautistas, históricamente, se han parado por la Palabra de Dios. Se han parado en contra del liberalismo, modernismo, y la apostasía. Se han parado por las doctrinas de la Biblia hasta el punto de dar sus vidas por ella. Los Bautistas nos son igual a los Protestantes. Nunca han protestado algo, ni fueron parte de le Reforma Protestante de Martín Lutero en 1517 d.C., la cual separó a la Iglesia Católica. Los Bautistas trazan su historia hasta la iglesia primitiva. Aunque a veces aparecen con otros nombres, los credos de la fe han permanecido constantes. Como un intento de simplificar estos distintivos de la doctrina Bautista (Bíblica), los hemos clasificado de la siguiente manera:

 

1. La Biblia es nuestra única autoridad para la fe, doctrina y conducta. No necesitamos más revelación de hombre, pues Dios nos ha revelado todo lo que Él ha querido. La Palabra de Dios debe ser nuestra guía (Salmo 119:133) y nuestro testimonio, nuestro  estandarte de conducta (Tito 2:5). ¿Recuerda cuando hablamos de la Palabra de Dios? Dijimos que es el fundamento para todas las doctrinas y creencias. Si nuestro pensar sobre la Biblia no está bien asentado, tampoco lo estarán todas las otras áreas de pensamiento.

 

En una época en la cual hombres desean compartir sus “visiones divinas” con nosotros, nosotros firmemente decimos que eso va en contra de la Biblia y no es de Dios. su Palabra es nuestra única autoridad. Dios no contradice su Palabra con mandarnos a hacer algo en contra de las Escrituras. Aunque haya  “experiencias” en la sociedad cristiana, estas experiencias no se deben de usar para interpretar la Biblia. La Biblia no fue hecha para concuerde con  “experiencias”. La Biblia dice lo que quiere decir y sustenta lo que dice.

2. Creemos en la autonomía de la iglesia local. Los bautistas siempre han mantenido esta doctrina. “Auto” viene de una palabra que significa propio. La palabra “Nómos” quiere decir ley. Así que, autonomía significa que se gobierna por sí mismo. Creemos que la iglesia da cuentas a Cristo y no a un concilio.

Cuando las iglesias en el Nuevo testamento tenían problemas, ellas apelaban a sus iglesias hermanas como lo muestra Gálatas 6:4. No había un concilio que instruía a las otras iglesias que ayudaran. Estas iglesias eran animadas a ayudar, pero no forzadas a hacerlo. La iglesia local tiene la autoridad final para solucionar sus propios problemas.

Las iglesias autónomas son capaces de llamar a su propio pastor. Pueden comprar propiedades y construir. Pueden enviar misioneros y escoger a quién de ellos apoyar. Pueden poner horarios de servicio que mejor convienen a sus miembros. Una iglesia autónoma puede ordenar predicadores. También puede acercarse o alejarse de ciertos grupos.

En Apocalipsis 2-3, los mensajes son a iglesias individuales. Estas cartas no son dirigidas a un alto concilio sino a una iglesia local. Dios no trabaja por medio de organizaciones tanto como lo hace a través de su iglesia, reunida en una asamblea local.

3. Los Bautistas creemos en el sacerdocio del creyente. Todos los creyentes son parte de un sacerdocio real, dirigido por nuestro Sumo Sacerdote (Pontifice), Cristo Jesús. Un sacerdote y un mediador entre Dios y hombre. Como creyentes, somos capaces de venir confiadamente ante el trono de Dios. (Hebreos 4:14-16).

Hay aquellos que enseñan que es necesario que otro hombre interceda por nosotros para poder ser escuchados por Cristo. Aun, hay aquellos que dicen que debemos pedir a la virgen María para ser escuchados por Cristo. Esto va en contra de las Escrituras.

En el cuerpo de Cristo, todos somos aceptados en el Amado, de quien también somos (Efesios 1:6). No necesitamos a otra persona que se pare a su diestra por nosotros. Como hijos de Dios, tenemos el privilegio de ir directamente al Señor.

 

 

Esta doctrina del sacerdocio personal es una por las cuales los bautistas nos hemos parado firmes. Nos paramos por ella porque la Biblia lo enseña. Podemos orar en cualquier parte y a cualquier tiempo. Es más, somos mandados a orar sin cesar, (I Tesalonicenses 5:17; Lucas 18:1-2). Tenemos, una responsabilidad dada por Dios de orar por familias, amigos, otros cristianos, nuestro gobierno, y el liderazgo de la iglesia.

4. Solo hay dos oficios en la iglesia. Creemos que la Biblia solo enseña que hay dos oficios en la iglesia Neotestamentaria. Estos son los del Pastor y los Diáconos. Cada uno debe de ser llevado a cabo cumpliendo estrictamente los requisitos. Rasgos de carácter, testimonio pasado, y presente deben de ser considerados. La vida pública y privada de una persona también es traída a consideración. A Satanás le encantaría tumbar a estos hombres.

I Timoteo 3 nos da una lista de requisitos a seguir. Un pastor debe ser irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad.

Además de esto, debe de gobernar bien su casa, ser un pastor (no un dictador), y a tener a sus hijos sujetos a él. Un pastor es un hombre imperfecto guiando a gente imperfecta.

Un diacono no es un título de prestigio; viene de una palabra que significa sirviente. 1 de Timoteo también nos da una lista de requisitos necesarios para un diácono. Los diáconos deben de ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Debemos de orar por el hombre que se encuentre en cualquiera de estas dos posiciones.

5. Creemos en la libertad individual del alma. Cada uno de nosotros dará cuenta por sus acciones. Ninguno dirá que hemos sido programados para hacer ciertas cosas. Cada uno de nosotros tiene voluntad propia y podemos tomar nuestras propias decisiones.

Somos creados individualmente, escogidos individualmente (Hechos 17:4), enseñados como individuos (I Juan 2:27), tratados como individuos (Hechos 10:34), y juzgados como individuos (II Corintios 5:10; Apocalipsis 20:4-5).

Entre más lea la Biblia, más se convencerás de que no se le ha dado una licencia para pecar. Se convencerá de que dará cuenta de todo lo que hace en este cuerpo. Cristo trata con nosotros en forma individual, no como robots. Él toca la puerta, no la tumba para entrar.

6. La iglesia local está compuesta de una membrecía salva y bautizada. La iglesia primitiva no estaba solamente compuesta de aquellos que habían sido salvos. Eran creyentes salvos y bautizados. (Hechos 2:41-47). Creemos que solo hay dos requerimientos para ser parte de la iglesia local, de acuerdo con la Biblia. Lo primero y más importante, el individuo debe ser salvo. La iglesia es la esposa de Cristo. Un hombre que no es salvo no puede ser parte de tal. El creyente debe de ser bautizado. Esta es su manera de manifestar públicamente su decisión de aceptar a Cristo, y su deseo de crecer en la gracia, y de unirse a ella.

La membrecía de la iglesia no es una opción. Somos mandados a congregarnos (Hebreos 10:25). En el contexto de la iglesia local somos capaces de ejercer nuestros dones espirituales, fortaleciendo así el cuerpo de Cristo. Los miembros son capaces de ayudarse los unos a los otros espiritualmente (Gálatas 6:10). Son capaces de invertir personalmente en la obra del Señor (II Corintios 16:1-3; 8:1-6), y pueden atender a la cena del Señor (I Corintios 11:17).

7. Creemos que solo hay dos ordenanzas. Creemos que solo hay dos y solo dos ordenanzas que Cristo dejo a su iglesia. Ambas son simbólicas en su naturaleza, y representan su muerte, sepultura y resurrección. Estas dos ordenanzas son el bautismo y la cena del Señor. Veamos ambas individualmente.

 

Bautismo no es salvación o lavamiento de pecado. No garantiza santificación, ni quiere decir que seamos más santos. Todas estas cosas no se encuentran en la Biblia.

La Biblia enseña que el bautismo es solo para los creyentes (Hechos 8:36-38). Cristo es nuestro ejemplo (Mateo 3:15), y hemos de ser bautizados en obediencia a Él (Mateo 28:19-20; Hechos 2:41). El bautismo es por inmersión (sumersión). Este es el único método de bautismo que representa la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.

Si rehusamos el bautismo, vivimos en desobediencia (Santiago 4:17) y perdemos nuestro testimonio (Juan 8:31). Nunca maduraremos pues no hemos tomado el primer paso (I Corintios 3:1-4).

La Cena del Señor es la segunda ordenanza dada a la iglesia local. Esto es conmemorativo. Esta es la manera en la cual quiere Dios que recordemos lo que él hizo por nosotros. Quiere que lo recordemos por una cena y no un milagro. Él puede ser recordado constantemente puesto que comemos diariamente.

Esta ordenanza es sencilla en su naturaleza. Hay dos elementos involucrados – el pan y el vino. El pan es simbólico de su cuerpo que fue quebrantado por nosotros. La copa (vino) es simbólico de la sangre que derramó por nosotros. Bajo ninguna circunstancia el pan o el vino se trasforman en el cuerpo y la sangre de nuestro Salvador. Aunque hay algunos que enseñan esto, han fallado en interpretar apropiadamente las Escrituras. Si los elementos, se cambiaran, en realidad estuviéramos sacrificándolo vez tras vez. La Biblia es clara cuando dice que su sacrificio fue una sola vez, y que fue suficiente (Hebreos 7:27; 9:26-28).

Aunque la cena del Señor es sencilla en naturaleza, no hay que fallar en ver la significancia de todo lo que se involucra en ella. ¿Porque tenemos la cena del Señor? ¿Verdaderamente es tan importante?

Si entendemos el significado de esta ordenanza, no la haríamos negligentemente, ni con falta de respeto. Vayamos a su cena con santidad. La cena del Señor debe ser un tiempo de consagración. Es un tiempo para recordar los votos y pactos que le hemos hecho al Señor.

Es un tiempo para darnos cuenta de que estamos determinados para proseguir a la meta. Debe ser un tiempo de comunión. Esta ordenanza no se lleva a cabo individualmente. Se ejerce en el contexto de la iglesia local entre el cuerpo de Cristo. Es también un tiempo de regocijo (Hechos 2:26-27). No regocijamos en el hecho de que el precio del pecado ha sido pagado.

Por razón de la seriedad involucrada con las ordenanzas de Dios, se nos manda a examinar si hay pecado en nosotros antes de participar en la cena (1 Cor. 11:28-30). También se nos advierte de no abstenernos de la cena (Hechos 20:27). No tenemos la opción de no participar por no vivir correctamente. En lugar, se nos manda pedirle al Señor que corrija nuestros corazones.

8. Creemos en la separación de Iglesia y el Estado. Al decir esto no queremos decir que estamos por encima de todas las leyes civiles. No estamos diciendo que el estado no tiene poder sobre nosotros; lo que decimos es lo opuesto. Los Bautistas, históricamente, siempre han sido una voz en la escena política. Creemos que los cristianos tienen la responsabilidad de obedecer a la autoridad civil siempre y cuando no viole los principios bíblicos o sus convicciones.

 

Separación de Iglesia y estado significa que: la iglesia no es el estado, ni el estado es la iglesia. Ambos son diferentes. En Génesis 9, Dios estableció un gobierno civil y no encontramos en la Biblia ningún lugar en el cual haya sido anulado. Debemos de recordar que el gobierno civil tiene control sobre la esfera terrenal, o el reino de los hombres. Hay dos esferas en las cuales el cristiano está en contacto: La esfera terrenal y la esfera celestial. Ambas están separadas, y operan en una manera completamente diferente. La Iglesia pertenece a la esfera celestial, y por eso, está bajo su autoridad. El estado no controla a la iglesia.

De nuevo, se enfatiza que, como cristianos temerosos de Dios, tenemos una responsabilidad hacia nuestro gobierno. Hemos de apoyarlo (Romanos 13:1,2; Tito 3:1; 1 Pedro 2:13-15), Sujetarnos, honrarlo, y orar por el (I Timoteo 2:1-3). El énfasis está en el hecho que, si alguna vez hay conflicto entre la iglesia y el estado, hemos de obedecer a Dios antes que al hombre (Hechos 5:29).

Conclusión

 

Ahora usted sabe por lo que los Bautistas se han parado históricamente. Seguiremos la Biblia lo más posible, al pie de la letra. Creemos que es la herramienta de Dios para guiarnos seguramente al destino que El desea para nuestras vidas. Cada miembro debe de entender por qué es parte de una iglesia bautista. Debe desarrollar la convicción de que no será parte de una iglesia que compromete doctrinas, estándares, o convicciones. Debe ser su deseo el ser parte de una iglesia en la cual la Palabra de Dios es enseñada y practicada. Históricamente, eso es lo que los Bautistas han intentado hacer. Quiera Dios que acepte usted las verdades de esta lección y las guarde dentro de su corazón. Que entienda que hay una razón para contender por la fe. Que sea capaz de dar una respuesta de por qué no ir a ninguna otra iglesia, y que sepa que hay distintivos que valen la pena guardar.

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