LECCIONES DE DISCIPULADO
Lección de Estudio 10:
Los deleites de dar
El dar es un tema que causa a muchas personas el sentirse incomodas. Esto puede ser por una falta de entendimiento de lo que es dar Bíblicamente. Cuando una persona entiende lo que la Biblia enseña acerca de dar, se convierte en algo natural en su caminar cristiano. El propósito de esta lección es que usted entienda lo que la Biblia dice en lo concerniente a usted y el dar.
Primeramente, cuando pensamos en dar, inmediatamente pensamos en dinero. Aunque esto está definitivamente incluido, solo es una parte. También debemos de dar nuestro tiempo, nuestros talentos, y nuestro testimonio para el avance del Reino de Dios. Ya que el dar es un tema muy amplio, nos enfocaremos en el área de finanzas. Al empezar a explorar la Biblia, es interesante notar cuales eran los mandatos para dar en el Antiguo Testamento. Los judíos tenían que dar un diezmo (décima parte) de todo lo que poseían: tierras, ovejas, comida, monedas, etc. Esta era parte de la ley de los judíos.
Al llegar al Nuevo Testamento, dejamos el tiempo de Ley, y entramos a tiempo de la Gracia. El diezmo ya no es enfatizado, ahora se enfatiza una ofrenda. Una ofrenda es más que un diezmo. Es dada no porque una persona debe hacerlo, sino porque quiere hacerlo. El diezmo se daba por obligación, pero la ofrenda se da por deseo.
Al analizar los deleites de dar, es importante ver lo que la Biblia dice acerca de cómo debemos de dar. Dios ha puesto leyes en su Palabra que hay que seguir. Note lo que la Biblia dice acerca de nuestra manera de dar: Debemos dar…
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Sin exhibición (Mateo 6:1-4).
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Conforme a nuestra capacidad (I Corintios 16:1-2).
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Voluntariamente
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Generosamente (II Corintios 9:6-15).
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Alegremente (II Corintios 9:7).
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Proporcionalmente.
Solamente dando, a la manera de Dios, gozaremos de las bendiciones de Dios. Cualquier cosa que intentemos hacer por Dios en nuestro propio esfuerzo terminará en frustración, pero es asombroso el ver como Dios cuida de los suyos cuando confían en él y en su manera de llevar a cabo las cosas.
Hay que recordar que Dios no pide ofrenda equivalente sino sacrificio equivalente.
Aunque Dios está interesado en la manera en que damos, está más interesado en nuestro motivo de dar. A Dios no solo le interesan nuestras acciones, sino también nuestra actitud. El hombre mira solo lo exterior, mas Dios mira nuestro corazón.
¿Por qué debemos dar?
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Porque es correcto (Lucas 6:38).
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Porque lo amamos (II Corintios 5:14).
Nuestro amor por Cristo es nuestro motivo más grande para que demos. El verdadero amor siempre da. “De tal manera amó Dios…que ha dado.” No hay otro motivo. El único motivo que nos ayudará en cualquier circunstancia es el amor de Cristo.
Los cristianos que piensan que la iglesia solo quiere su dinero, nunca disfrutarán de las bendiciones que vienen por dar. su sentir está basado en un mal entendimiento del dar bíblico. Los cristianos que prefieren acumular sus ahorros ahora, no tendrán nada en la eternidad, pero aquellos que creen la Biblia y han creído en los deleites de dar, están acumulando tesoros en el cielo, ¡mientras Dios suple todas sus necesidades aquí! (Filipenses 4:19)
Permítanos ilustrar esto usando un pasaje familiar en Juan 4. Esta es la historia de la mujer en el pozo, a la cual Cristo perdonó sus pecados. El versículo seis empieza con esta frase: “Y estaba ahí el pozo de Jacob…” Todo en la Biblia está ahí para nuestro beneficio y nuestra enseñanza. ¿Se ha puesto a pensar en el pozo de Jacob? Génesis 33 nos cuenta de Jacob y del pozo que cavó. Tenía más de 30 metros de profundidad y fue cavado en roca sólida. Ellos no tenían las herramientas que tenemos hoy.
Así que, para atravesar más de 30 metros de roca, requeriría mucho tiempo y determinación. Algunos de los hombres de Jacob pudieron haberse rendido.
Cuando se cavan 27 metros sin encontrar agua, es natural dudar si hay agua. Más los que se quedaron, los que dieron todo, los que estaban determinados, recibieron una bendición especial.
Estos eran aquellos que creían que había agua en el pozo. Dos mil años después, el Hijo de Dios vino a ese pozo y todavía producía agua. Aún hoy se puede sacar agua del pozo de Jacob. Explicación: Jacob y sus hombres invirtieron sus vidas, esfuerzo, y tiempo en algo que traería dividendos eternos. Lo que constantemente debemos preguntarnos es esto: ¿para qué estamos dando? ¿ para cosas eternas o temporales?
Hay que recordar que no solo se trata de hacer lo que Dios dice, sino hacerlo con la actitud y el motivo correcto. Un día nos pararemos ante el Señor a dar cuenta de las cosas que hemos hecho. Dios no solo juzgara acciones, también juzgara las actitudes detrás de ellas. Mantenga sus motivos correctos.
Cuando pasen el plato de las ofrendas, y usted da con un mal espíritu, aunque los demás piensen bien de usted, habrá perdido su recompensa. Dios mira el corazón. Él quiere que de una porción de las bendiciones que le dio. Realmente, Él podría demandarlo todo, pero nos da la opción.
Cristianos felices son aquellos que están conscientes de que todo le pertenece a Dios, y que ellos solo son sus siervos. Esta gente ha entendido que no son dueños, sino que son administradores del dinero de Dios. Aunque algunos tienen el don de dar, todos deben de hacer su parte sin importar que dones tengan o no tengan.
¿Cuáles son los deleites de dar? Hemos hablado de la manera de dar y del motivo por el cual damos. Dios siempre es fiel. Aunque hacemos lo que hacemos, sin esperar algo a cambio, aún nos cuida. Un gozo que viene a aquellos que dan es experimentar la providencia de Dios. Aunque no lo veamos en nuestras cuentas, se puede ver cuando Dios suple nuestras necesidades (Filipenses4:19; Mateo 6:33). Si buscamos las cosas de Dios primero, él se encargará de lo demás.
Otro deleite que viene al dar es el sentir propósito. Cuando ayudamos a la obra de Dios, no regocijamos porque ser parte de ella. Ya no somos solo una reserva, sino ahora somos un canal. El ver como Dios toma y multiplica lo poco que le damos por su buena voluntad, nos da más gozo que no se puede explicar.
Al dar de un corazón con amor, empezará a darse cuenta de que su dinero está siendo invertido en aquello que le importa más a Dios – ¡LAS ALMAS! Sea un edificio, una conferencia de misiones, o una ofrenda regular, al final, todo es por las almas.
Un día estaremos ante el Señor. Veremos las almas que personalmente hemos guiado al Señor, junto con la gente que fue alcanzada por que dimos. Si siente que el dar es una carga, ese es un problema de corazón. Ya no lo ama a Él. ¿Será que se ha enfocado en cosas temporales? Siempre mantenga sus ojos en las cosas eternas. Si tiene la visión correcta, tendrá la perspectiva correcta en dar.
Que Dios use esta lección en su vida, para ayudarle a entender la manera y el motivo para al dar. Que entienda que el motivo le importa a Dios tanto como la manera en la cual damos, y, por último, que se dé cuenta de que la obra de Dios siempre se llevará a cabo. ¡Dele gracias de que le haya extendido una invitación para que se involucres en esto! Le permite que invierta su tiempo, talento, testimonio, y tesoro en asuntos eternales. Que Dios ponga un deseo en su corazón para que dé, y que vea el fruto que sigue.