LECCIONES DE DISCIPULADO
Lección de estudio 11:
Las claves para una vida triunfante
Mucha gente está interesada en aprender cómo tener victoria en su vida cristiana. Aunque se esfuerzan lo más posible, aún caminan en derrota. Por dentro, hay un gran deseo de servir a Dios. Por fuera, una frustración por intentar tantas veces y fallar. ¿Existe alguna fórmula secreta para vivir en victoria? ¿Habrá algo que estas personas no sepan? ¿Cuáles son las claves para tener una vida triunfante? Este es el propósito de este capítulo, darle lo que necesita para disfrutar la vida cristiana. Se ha dicho de la vida cristiana: “Puedes disfrutar el viaje tanto como el destino.” Aunque esto no es totalmente veraz, si es cierto que Dios quiere que disfrutemos el vivir una vida para El. Con eso en mente, veamos lo que la Palabra de Dios tiene que decir:
Clave # 1:
Hay que entender que la salvación es indispensable para tener una vida victoriosa. Al empezar este capítulo, asumimos que usted ya tiene ese ingrediente indispensable. El propósito de este capítulo es el edificar sobre el fundamento que ya ha sido puesto. La primera clave es fidelidad. Nunca podrá disfrutar una vida cristiana si no es fiel. La Biblia tiene mucho que decir acerca de la fidelidad. Para ser un buen mayordomo para Cristo, se requiere de fidelidad (I Corintios 4:2; Hebreos 11:6). La pregunta resalta, “Tengo que ser fiel, ¿pero en qué?” Debemos ser fieles en guardar lo que Dios nos ha mandado hacer. Nos ha mandado congregarnos en una iglesia local (Hebreos 10:25). Nos ha mandado amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos (Gálatas 5:14). Debemos hacer estas cosas fielmente hasta que El venga por nosotros.
Si este ingrediente está ausente en su vida diaria, las puertas hacia una vida cristiana victoriosa permanecerán cerradas. Usted necesita fe para disfrutar el viaje cristiano
Clave #2:
La segunda clave necesaria para disfrutar la vida cristiana es una vida devocional con oración. Si desatendemos la oración y la lectura bíblica, de una vez hay que sostener un letrero hacia al cielo que diga: “No gracias, no quiero victorias en esta vida.” Aunque eso es absurdo de imaginar, eso es lo que nuestras acciones le dicen al Señor. Él nos da lo que necesitamos a conforme lo vayamos pidiendo. ―No tenéis porque no pedís” También nos guía por su Palabra. su Palabra es una lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino. Si descuidamos estas dos áreas, somos como un ciego y sordo caminando en la oscuridad e intentando encontrar el camino. No podemos ver ni escuchar instrucción. Solo perdemos el tiempo y nos frustramos. Así es la vida cristiana sin la oración y tiempo en la Palabra de Dios
Nos preguntamos porque atravesamos las mismas pruebas vez tras vez. Nos preguntamos por qué nunca obtenemos victoria en ciertas áreas. Tal vez asistimos fielmente a la iglesia, pero aún no hay victoria. La respuesta puedes ser que no hemos desarrollado una vida con devoción y constante oración. Puede ser que Dios esté intentando darnos la respuesta que necesitamos, pero no lo podemos escuchar. Una vida con devoción y oración es tan importante como la fidelidad
Clave #3:
La tercera clave es obediencia a la Palabra de Dios. Hay gente en las iglesias que, por fuera, parecen ser grandes cristianos. Nunca fallan a la iglesia. Siempre se ven en el altar, tienen tiempo de devoción familiar y personal; sin embargo, esa misma gente batalla en tener victoria sobre el pecado. Escuchan la Palabra de Dios predicada y la leen diario, pero algo falta.
Una cosa es escuchar y leer la Biblia, pero otra cosa obedecerla. Santiago exhortó a sus lectores a “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores” (Santiago 1:22) Dios nos ha dicho que nos involucremos en el área de ganar almas. Si descuidamos su Palabra, no podemos disfrutar victoria. Dios también nos ha dado mandamientos en el área de servicio.
Debemos vivir en servicio a él. No nos pertenecemos a nosotros mismos, hemos sido comprados por un precio. (I Corintios 6:20).
Si no se goza en la vida cristiano, aun siendo fiel y pasando tiempo con el Señor en su Palabra, Puede ser porque no hace lo que Él le ha mandado hacer.
La vida cristiana es una vida de madurez. No se llega al lugar deseado de repente; se llega un paso a la vez. Al ser obedientes a la Palabra de Dios, Él nos enseña el próximo paso. Mientras sigamos para adelante en nuestra vida cristiana, sentiremos el gozo de la victoria.
La frustración viene cuando pensamos que estamos ya en un lugar, pero nos damos cuenta de que todavía no llegamos. Así que, en vez de seguir a Dios desde ahí, decidimos hacer las cosas a nuestra manera. Esto nos causa a retroceder, y nos sentimos derrotados y frustrados. Un cristiano debe caminar dando un paso a la vez. Por eso es tan importante obedecer el mandato del Señor y el impulso de su Espíritu Santo.
Clave #4:
La cuarta clave para mantener una vida cristiana en triunfo es desarrollar un corazón de gratitud. El pueblo de Dios debe ser las personas más agradecidas en el mundo. Nuestro destino eterno ha sido sellado; el Cielo es nuestro hogar. Aun así, hay cristianos que son malagradecidos. Esta es una señal de un problema en el corazón. Nunca encontrará a un cristiano viviendo una vida victoriosa sin ser agradecido. Un cristiano victorioso ha aprendido a dejar que el Espíritu Santo trabaje en su corazón y le dé gratitud. Dios nos manda dar gracias en todo (I Tesalonicenses 5:18).
La sociedad en general está caracterizada por su ingratitud; es una señal de los últimos días (II Timoteo 3:2), pero el hijo de Dios que disfruta el viaje, le ha permitido al Espíritu Santo desarrollar en su corazón gratitud. Todo el tema del Cielo será uno de Gratitud. (Apocalipsis 7:2). Si así será en el Cielo, ¡hay que practicarlo aquí!
La vida cristiana no se constituye de fórmulas secretas o de oraciones mágicas. Es un viaje del cual Dios ya ha dado las direcciones. El viaje no debe de ser una carga, sino que su intención es ser disfrutado.
Pablo amó tanto el viaje que no lo quería dejar. (Filipenses 1:21- 25). Hay algunas claves que usted debe tener si va a disfrutar este viaje: tiene que ser fiel, tiene que orar y leer su Biblia, y tiene que desarrollar un corazón de gratitud.
La vida cristiana es un maratón, no una carrera de 100 metros. No se desanime si tiene unas cuantas fallas. El pecado está presente en todos. ¡Levántese y siga en la carrera! Termine el viaje dándolo todo y disfrute el destino por toda la eternidad. ¡No lamentará ni una sola parte de la carrera, si ha hecho lo mejor para el Señor!