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LECCIONES DE DISCIPULADO

Lección de Estudio 6:

La voluntad de Dios para Sus hijos

 

Al ir recorriendo nuestra jornada espiritual, encontraremos que siempre habrá aquellos que tratarán de hacer que la voluntad de Dios para nuestras vidas parezca algo misterioso. Pero la realidad es que la voluntad de Dios no es difícil ni misteriosa. Si hay algo que Dios tiene para nosotros, y El en verdad quiere que lo hagamos, El nos va a decir qué es lo que El quiere. El propósito de este capítulo es el ayudarle a entender que Dios tiene un propósito para su vida, y que usted puede saber cuál es. (Efesios 5:17).

 

En las Escritura, podemos ver que hay ciertas cosas que son la voluntad de Dios para las personas. Esto constituye las cosas básicas, que también nos enfocaran en la dirección correcta. Veamos los diferentes aspectos de la voluntad de Dios, la cual nos ha sido revelada ya:

 

  1. Que todos se SALVEN (II Pedro 3:9; I Timoteo 2:4).

Puede ser que esto suene muy sencillo, pero la verdad es que, si este paso no se lleva a cabo, no podremos saber cuál es el resto de la voluntad de Dios.

 

  1. Que todos se BAUTICEN (Mateo 28:19-20).

Este es nuestro primer paso de obediencia al seguir a Cristo. Si no estamos dispuestos las cosas sencillas de su voluntad, Él no tiene necesidad de revelarnos cuales son los siguientes pasos para nuestra vida.

 

  1. Que todos sean LLENOS DEL ESPIRITU (Efesios

5:17). Algunos se preguntarán, ¿Qué es eso?, lo cual es una buena pregunta. Este tipo de vida quiere decir que usted está permitiendo al Espíritu Santo guiarle. Que está confiando en El, y está caminando por fe, a pesar de las cosas que pudiera ver en el camino. Esto es un  importante mandamiento como el de ser salvos. Desafortunadamente, muchos cristianos nunca llegan experimentar el ser llenos del Espíritu en sus vidas.

 

 

 

  1. Que todos ESTUDIEN su Palabra (II Timoteo 2:15).

Estudiamos, no para impresionar a otros, pero sí, para presentarnos ante Dios aprobados. Si no tomamos tiempo en leer la Biblia, nos estamos perdiendo de ser partícipes de su enseñanza. ¡Estudie la Palabra! Luego, ¡Comparta la Palabra! Dios hablará a través de su Palabra; no sea negligente con ella. (I Timoteo 4:13).

 

  1. Que todos sean AGRADECIDOS. Debemos, todos, dar gracias por todo (I Tesalonicenses 5:18; Efesios 5:19-20). Esto debería ser un testimonio en cada cristiano. La ingratitud es una marca de los últimos días. (II Timoteo 3:2).

 

  1. Que todos se SANTIFIQUEN (apartados para el Señor) (I Tesalonicenses 4:7) y también separados de las cosas del mundo (II Corintios 6:16-18). Santificados para cualquier cosa que el Señor nos pida que hagamos, lo cual significa que debemos renovar nuestro entendimiento. (Romanos 12:1-2). La manera de renovar nuestra mente es pasando tiempo con Dios, en su Palabra.

  2. Que todos sean GANADORES DE ALMAS (Mateo 4:19; Santiago 5:20). Esto no es un mandamiento dado solo a los predicadores o siervos de tiempo completo. Este mandamiento es dado a cada creyente (Mateo 28:18-20). No se lleva a cabo por medio de un don espiritual, se lleva a cabo por medio de la gracia de Dios. No es un llamado especial, es un mandamiento divino.

 

  1. Que todos se SUJETEN (Efesios 6:5-8; II Corintios 8:3-5; I Pedro 2:13-15). El concepto de la sujeción no es algo que esté en nuestra naturaleza. La verdad es que nuestra naturaleza quiere ser independiente de todo lo que hay a nuestro alrededor. No nos gusta el tener que depender de alguna persona para obtener ánimo, dirección, o fuerza. Pero, si vamos a vivir en la voluntad de Dios, lo cual es exactamente lo que debemos de hacer. Dios no nos va a usar en una gran manera si no estamos dispuestos a sujetarnos a El. Es una entrega total. Es la manera que El dice y no hay otra manera. Mientras no llegue allí, usted va a batallar en comprender lo que Dios tiene para usted.

 

 

 

 

Tal vez diga, “Está bien, pero lo básico no me ayuda a entender cómo debo vivir, con quién me debo casar, o qué trabajo aceptar. ¿Cómo puedo entender esa parte de la voluntad de Dios?” Todas estas preguntas son lógicas, porque son relativas a nuestra vida. ¿Pero cómo podemos dejar que Dios dirija nuestras vidas?

 

Primero, debe entender que fuera de la Palabra de Dios, NUNCA encontrará la voluntad de Dios. Si no está guardando su Palabra en su corazón, renovando su mente, y conformándose a su imagen, nunca encontrará las respuestas a tales preguntas.

 

La Palabra de Dios debe ser una lámpara a nuestros pies (que muestra nuestro siguiente paso) y lumbrera nuestro camino (que nos muestra la dirección que debemos tomar) en acuerdo con Salmos 119:105

 

Segundo, al menos que esté conformándose a las cosas básicas de la voluntad de Dios, no podrá encontrar las respuestas a sus preguntas. No podrá saber los caminos de Dios, sin saber primero la voluntad de Dios, y no podrá saber la voluntad de Dios, si no está conociendo su Palabra. Si no está dispuesto conocer y hacer lo básico, El no tiene razón para mostrarle aquello que es específico.

 

Tal vez dirá, “¡Pero estoy haciendo todas esas cosas, y aun así no sé qué es lo que Dios quiere para mí!” Usted no es el único. Muchos han pasado por lo mismo. Es una etapa de frustración, quiere hacer algo por Dios, pero no está seguro qué. Quiere que él sea su guía para cada decisión que ha de tomar, pero no puede oír su voz. ¡Aclaremos algo! Dios no quiere que estemos frustrados, pero si, que seamos pacientes. Debemos esperar en él. Debemos escuchar su voz, la voz del Buen Pastor.

 

Dios nos habla primordialmente por medio de su Palabra. su revelación escrita que contiene principios que son esenciales para tomar esas decisiones difíciles de tomar. Nuestra responsabilidad es estudiar su Palabra para que podamos tomar esas decisiones.

 

 

 

 

Dios también nos habla por medio de otros cristianos. En la multitud de consejeros está la victoria. El consejo de otro cristiano pudiera ser de ayuda algunas veces. Dios pudiera usarlos, pero lo que ellos digan debe ser siempre respaldado por las Escrituras y su autoridad.

 

Dios también usará las circunstancias. Aunque, esta manera no es ni debe ser la primordial. Muchas veces pasamos por situaciones en las que Dios nos recuerda Sus principios en medio de ellas, y pone su sello de aprobación al recordarnos algún principio bíblico. Algunas veces será una prueba. Algunas veces será solo una tormenta pasajera. Recuerde Sus promesas. (Romanos 8:28).

 

Aquí tenemos tres cosas sencillas a recordar cuando se trata de encontrar la voluntad de Dios para su vida. Ya está haciendo lo básico; ahora, está listo para aquello que es específico. Grábese estas tres cosas en el corazón:

 

  1. Las ESCRITURAS deben ser su fuente de dirección.

  2. El ESPIRITU lo confirmará en su Corazón.

  3. La SITUACION lo permitirá

 

Un señor llamado F.B. Meyer dijo lo siguiente: “Cuando la Palabra de Dios, el impulso del Espíritu Santo en mi corazón, y las circunstancias externas están en armonía, entonces caigo en convicción de que estoy actuando con la voluntad de Dios”.

 

Le damos las siguientes palabras como punto final, palabras de ánimo que le serán necesarias en su jornada de obediencia al Señor: “Fíate del Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” (Proverbios 3:5-6)

 

Hay muchas cosas y personas en la vida en las cuales no debe confiar. Sin embargo, siempre puede confiar en la Palabra de Dios. Juan 17:17 dice: “Tú Palabra es verdad” Usted puede confiar en la verdad. La voluntad de Dios puede ser conocida (Romanos 2:18); puede ser probada (Romanos 12:1-2); y puede también ser puesta en práctica. (Mateo 6:10)

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